¿Cuántos pares de zapatos tenemos? y ¿Cuántos usamos de verdad? ¿Cuántos objetos sólo nos estorban y ocupan espacios inhabitables?

Francine Jay, la autora del libro The Joy of Less dice que «un estilo de vida minimalista implica ser consciente de las cosas que poseemos, las cosas que compramos y cómo invertimos nuestro tiempo». Mies Van der Rohe es conocido por su frase «Menos es más», uno de los lemas del movimiento artístico minimalista y esta frase me marcó como un reto constante en mi carrera como diseñadora de información y ahora en nuestro estilo de vida.

Está claro que el vivir en una VW T3 (que mide 4.6 m. de largo por 1.8 m. de ancho) nos ha hecho seleccionar las cosas más básicas, útiles y necesarias para vivir, dejando muchas cosas que nos gustaban o tenían un valor muy especial en nuestras vidas.

¿Cómo vivimos este minimalismo?

Juan es el rey del minimalismo. Fué tan rápido y fácil su proceso, mi admiración a su vida sin ataduras materiales. En muy poco tiempo ya tenía preparada las cosas que llevaría. Le costó más dejar algunas herramientas y renunciar a algunas cosas que podían servir en la furgoneta.

Yo me sorprendí de lo difícil que me fue elegir la ropa más cómoda y «viajera» (para todo tipo de clima, que no fuera de tela delicada y no necesitara plancharse). Además dejar objetos que me gustaban porque «se verían tan bonitos en la furgo» pero que no cabían y sólo estorbaban. Y dejar tantos objetos que me despiertan recuerdos y que tienen un valor emocional importante, como mis diarios.

Para Ameyali fue diferente, hicimos con ella una preparación para explicarle que llevaríamos pocas cosas por la limitante del espacio. Separamos los juegos más pequeños y que consideramos serían más educativos y entretenidos para viajar. También libros que tenían más contenido para que los aprovechara más y que no los descartara en pocos días. Ella eligió otros libros que le gustaban mucho, como los del Tinet, que hasta la fecha los sigue disfrutando.

Ella no era tan consciente del paso que estábamos dando y disfrutaba del momento guardando sus cosas en pequeños compartimentos y preparando todo para el «gran viaje». Lo que más le costó fue dejar su bicicleta y el patinete. Ahora que estamos en ruta si ve a algún niño con un transporte (como dice ella) y se lo prestan ¡es la niña más feliz y lo aprovecha al máximo! jeje

Más espacio, más objetos guardamos.

En estos meses de viaje, con la práctica, hemos ido descartando muchas cosas que creíamos predecibles en su momento. De hecho todavía hay muchas que pensamos que utilizaríamos y están ocupando un espacio muy importante, así que en cuanto tengamos la oportunidad las dejaremos. Este proceso nunca termina.

Juan y yo coincidimos en algo obvio pero cierto: entre más espacio tenemos más objetos compramos y guardamos. Lo hemos comprobado con viajeros que hemos conocido y van en autocaravana. Cuando nos enseñan la bodega que tienen debajo de la cama nos impresiona el espacio extra que tienen para almacenar y que muchos de ellos también ya lo tienen completamente lleno.

Desde que empezamos este proyecto nos sentimos más libres, más minimalistas y con más luz gracias a este proceso de desmaterialización.

En cuestión de espacio nunca será suficiente, pero es interesante empezar a hacer este ejercicio cada vez que queramos comprar algo nuevo. Preguntarnos ¿Lo necesito de verdad? ¿Le agrega valor a mi vida?

Y tú ¿Qué te llevarías contigo si tuvieras que vivir en un espacio muy reducido? ¿Qué te costaría más dejar? Para ti ¿Qué es tener una vida minimalista?

Nos gustaría leerte…

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Saludos de Juan, Ana y Ameyali.

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